20) Que la provincia demandada requirió de los peritos hidrogeólogos su opinión sobre este particular por intermedio de las preguntas M 43 y M 44. Los peritos de parte sostuvieron opiniones discordantes. Para el Ing. Zakalik, técnico de Mendoza, los ríos Salado y Atuel se desviaron por causas naturales de sus cauces derivando ei primero hacia la laguna Llancanello y, el segundo, hacia la zona de Piedras de Afilar. Si bien no puede precisar el volumen de agua perdido del cauce principal por estas consecuencias, entiende que era "un importante caudal", en ambos casos, hasta la construcción de las defensas en 1934, admitiendo que las pérdidas producidas en la actualidad por efectos de la evaporación e infiltración es del orden del 29,2 para el año 1979. No hay en el peritaje ratificación expresa .
de la afirmación de Mendoza de que el proceso de dispersión se haya producido entre los años 1917/33. Sólo se afirma que es anterior a las obras encaradas, pero no cuánto anterior (cuerpo XXI, fs. 250 vta/253, ver también, cuerpo XXIII, fs. 736/41). Estas conclusiones no son compartidas por el Dr. Sala, perito de La Pampa.
21) Que, en efecto, el mencionado profesional, tras extensas consideraciones, afirma que no ha habido desvíos de los cursos naturales de los ríos que son aquellos "por los cuales escurre el agua en la actualidad, tanto en el estiaje como durante las crecientes".
Esos cursos no pudieron ser desviados por el hombre aun mediante la realización de obras que, en el caso, "son insignificantes en relación a los fenómenos naturales" (fs. 261), y agrega que si los ríos "en tiempos geológicamente más antiguos hubieran escurrido en otras direcciones, hace miles de años que fluyen por sus cauces actuales" (fs. 261). A fs. 749/7352 ratifica este aserto.
22) Que cestas opiniones controvertidas acerca de la evidencia y la oportunidad del desvío de los ríos Salado y Atuel, se reiteran cuando los peritos deben responder al punto M 44 que perseguía la comprobación del destino natural de sus aguas superficiales si no se hubieran construido en 1933, las obras de reencauce invocadas.
Para el Dr. Zakalik, que ilustra su dictamen con fotografías, su destino físico no sería el actual, toda vez que, en ambos casos, un importante caudal se desviaba del cauce principal hasta que se erigie ron las defensas. Esas defensas y sus objetivos —afirma— están des
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Año: 1987, CSJN Fallos: 310:2594
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