resultados de los estudios de laboratorio y la circunstancia de que se encontraba sin sostén vital. En el mismo sentido también habría declarado el médico Santiago Ramón Alcántara, quien habría atendido a la damnificada durante su internación en la unidad de terapia intensiva (fs. 72 vta./73 vta).
Aquellos parámetros normales del estado de salud de la paciente habrían sufrido una alteración irreversible, según se sostiene en el voto en minoría de la sentencia de condena y en el recurso de casación interpuesto contra ésta (fs. 75/76 vta. y 96/104 vta), a partir del paro cardíaco que habría sufrido en la mañana del 31 de enero.
A ese respecto, cabe recordar que el médico Geuna declaró que la nombrada tenía parámetros de estabilidad y "de golpe", a partir de un paro cardiorespiratorio con reanimación prolongada, "se desbarranca todo su organismo..." s. 75).
En el mismo sentido, el enfermero Carlos Bagaglia dijo que la damnificada tenía una franca mejoría y que nunca quedó claro por qué "hizo el paro", ya que hasta una hora antes se encontraba estable, sin síntomas que permitieran predecir lo que ocurrió (ibídem).
Acerca de la supuesta causa de ese paro cardiorespiratorio, la vocal en minoría señaló que el cirujano Marcelo Federico Matteuci, quien también atendió a la damnificada durante su internación, dijo que se le realizó una tomografía computada de cerebro y se detectó una hemorragia subaracnoidea con un grado tres de Fisher; que las hemorragias de esa índole, en la mayoría de los casos, son causadas por la rotura de un aneurisma; que ello ocurre de manera abrupta e inesperada; y que tal grado de la escala de Fisher puede ser causa de muerte o provocar consecuencias como, entre otras, el edema de pulmón y una disfunción de todos los órganos del cuerpo. A lo que el testigo añadió que para constatar si hubo una rotura de aneurisma resultaba necesario realizar estudios como angiografías o autopsia (fs.
75 y vta.). Entonces, cabe recordar nuevamente que el anatomopatólogo Spitale no pudo afirmar si se produjo o no tal rotura de aneurisma debido a que los forenses Molteni y Moyano no le enviaron el material necesario para el análisis correspondiente, ni lo habrían conservado de la forma debida para permitir la realización de una nueva autopsia cf. supra, punto IID.
La magistrada, asimismo, valoró que el médico Vega coincidió con su colega Matteuci, aunque afirmó que una afectación con un grado tres de Fisher tiene una posibilidad de muerte "casi certera", y la recuperación, por el contrario, es " "casi imposible" (fs. 75 vta./76).
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