En este sentido, la Asamblea expresó: "Nada hay tan sagrado y atendible como estos objetos, y todo lo que éllos reclaman no es un sacrificio sino un deber. Mas tambien el credito público pide á favor de los prestamistas una garantía efectiva de sus intereses, que no consistiendo en vanas palabras ni en clausulas promisorias, asegure su confianza de un modo que facilite la indicada anticipación, removiendo el temor que de ordinario obliga á los Capitalistas á negar su fortuna...". "Atendidos estos principios ha aprobado la Asamblea el proyecto" antes referido (confr. Emilio Ravignani, Asambleas Constituyentes Argentinas 1813-1898, Tomo 1, páginas 54 y 55).
Con fecha 9 de setiembre de 1813 fue sancionado otro empréstito por valor de 600.000 pesos y ante las dificultades que tuvo el tesoro para cubrirlo, el 12 de enero de 1814, fue establecido uno nuevo, con ciertos reconocimientos de pago a anteriores prestamistas (confr. Ricardo Levene, Historia de la Nación Argentina, Vol. VI, pág. 161).
Posteriormente, tal como lo relata el autor citado en último término, se incrementaron las angustias económicas entre los años 1816 y 1818. En consecuencia, se resolvió designar en el año 1817 una "Comisión" encargada de fijar el presupuesto del numerario preciso para sostener el ejército. La cantidad total sería exigida "a los españoles europeos de la provincia" "por vía de empréstitos", pero, si no llegase a "cubrir la suma" también alcanzaría "a los vecinos más pudientes..." confr. op. cit, páginas 662 y 663).
Luego, la Asamblea en sesión del 2 de marzo de 1818, autorizó al Director Supremo para imponer "un empréstito forzoso de 200.000 pesos sobre el Comercio y vecinos pudientes" de Buenos Aires "pagadero en la Aduana con los derechos de introducciones marítimas", que fue aumentado en 500.000 pesos en la sesión del día 24 de abril del mismo año (confr. Emilio Ravignani, Asambleas Constituyentes Argentinas 1813-1898, Tomo I, págs. 346 y 351).
21) Que, por otra parte, aunque (según se relató) los constituyentes no han seguido a pie juntillas el proyecto de Alberdi, sin duda su pensamiento gravitó en aquellos tiempos. Es por ello interesante el relato que efectúa este autor en el sentido de que ya desde épocas coloniales el cámulo de contribuciones conocidas "rendía un producto miserable al Tesoro español en las Provincias argentinas, que, como las de Chile, costaban mas á la metrópoli que su rendimiento". Así fue como, en el año 1809, el Gobierno español argentino se halló en el Pla
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Año: 1995, CSJN Fallos: 318:767 
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