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dijeron ya no estaba éste en la ensa. (Declaraciones de Leopoldo Sosa y Genaro Román, fs, 8G y $8).

Está igualmente probado que al día siguiente, 30 de enero, a horas diez, más o menos, se presentó Gabriel en ensa de Rufino, que se hallaba en compañía de Genaro Román y Leopoldo Sosa. Invitado a bajarse del caballo, así lo hizo. Transeurrido un momento, dijo que había mandado al menor Velázquez a comprar una damajuana de vino, Y, en efecto, éste llegó con el vino Empiezan las libaciones; todos los circunstantes toman, menos un sujeto Santingo Ríos, puestero de Rufino, que dormía en un gnlpón, A las doce, Gabriel rea liza la operación de capar un potro de Rufino con ln ayuda de los presentes. Vuelven después al patio de la essa, renuevan los brindis de vino, tocan la guitarra, bromenn, Gabriel obliga a Rufino a bailar con él el malambo, luego le impone que traiga de la cocina a su concubina Barnes, para verla; vistean ambos con el cuchillo, hasta que Rufino recibe un planazo en la enbeza, lo que motiva la intervención de Sosa, quien consigue que sus tíos le entreguen las armas y él las guarda en el enjón de la mesa de la cocina. Gabriel se enardece después con el licor, y, como de costumbre encara a su hermano y lo insulta de cornudo, infeliz, desgraciado y le dice que lo va a matar, a lo que Rufino no responde, y procurando evadir el lance, se retira a la cocina, tiende una manta con la aparente intención de dormir, En ese momento se retivan de la casn Leopoldo y Román impresionados, dicen, de que algo malo podín pasar.

Dejaban a los hermanos Sosa bastante ebrios y ellos mismos no se sentían bien. (Declaraciones de éstos ya citadas), En adelante los hechos se desarrollaron en nusen

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Año: 1937, CSJN Fallos: 178:254 
Extraido de : https://universojus.com/csjn/tomo-178/pagina-254