—. FALLOS DE LA CORTE SUPREMA E a todos y haciendo ademán de sacar armas le dijo que se fuera Er alag... p... que lo p...; que como el declarante había visto E: que Jauregui al protestar, se retiró hacia adentro en actitud que e le pareció de sacar armas, el declarante que tenía su revólver en Fe la mano hizo fuego contra Jauregui, que se recogió herido..." U esta confesión paladina que, por sí sola reviste el mérito de la primera de las pruebas judiciales, ha sido, además, plenamente confirmada por la abundante y uniforme declaración de Juan Ponce, fs. 2, Agustín Andrade fs. 5, Carmen Mendoza fs. 7, Alberto Simón fs. 10, José Fernández fs. 13 vta., Manuel Rojas fojas 14, Segundo Ores fs. 16, Felipe Arriagada fs. 18, Joaquin Vera fs. 22, todos, nómine discrepante, afirman que de parte del infortunado Jauregui nunca hubo provocación alguna, ni pudo haberla, puesto que el acusado Rodriguez disputaba con Carmen Mendoza, habiendo terciado Jauregui, sólo incidentalmente, cayendo sin más ni más, herido en la ingle derecha, herida que lo desvaneció, produciéndole la muerte veinte minutos después, a pesar de los auxilios que todos le prodigaron.
3 La atenta compulsa de las nueve declaraciones de los testigos presenciales de todos los hechos, deja la impresión siguiente: En un boliche de Alberto Simón se encontraban en amigable tertulia el día 24 de Junio de 1913 varios amigos, criadores y peones de distintas nacionalidades, cuando ya entrada la tarde cayó allí el acusado Jacinto Rodríguez, quien de mal talante, desde el principio, comenzó interpelando ásperamente a José del Carmen Mendoza, sobre devolución de ciertos animales, d mostrándose éste acoquinado, con cuyo motivo el acusado calificó injuriosamente de cobardes a los chilenos, injuria a la que el infortunado Miguel Jauregui, chileno también, observó que no debia generalizar, él era chileno y capaz de hacerse respetar con cualquiera, haciéndose entonces atrás, en cuyo acto el acusado que, desde antes, empuñaba su revólver hizo fuego contra Jauregui. La excusa de Rodriguez de que creyó que Jauregui se cuadraba para sacar armas, es simplemente antojadiza, resulta falsa, pues todos los numerosos concurrentes que, al ver desvanecerse a Jauregui lo auxiliaron comenzando por separar de su le : ——]
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Año: 1915, CSJN Fallos: 122:26 
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