grupo, e indicando que su reemplazo debe provenir "...de los jugadores adecuadamente entrenados y experimentados que empezaron jugando el partido o de los reemplazantes nominados" (Ley 3). Es decir que la propia ley 20 del Reglamento de 1994 transcripta y no controvertida, tenía como finalidad principal establecer una protección especial para aquellos ¡jugadores juveniles que se desempeñaren como pilares o "hookers", ante el riesgo de sufrir una lesión de gravedad como consecuencia de la falta de entrenamiento para desempeñarse en esa posición.
Asimismo, es dable destacar que el Reglamento no se compadece con la interpretación que de éste se hizo en la decisión de cámara, confirmada por el tribunal superior de justicia provincial. Ello así, ya que dicho cuerpo normativo en ningún momento establece que el entrenador es el único responsable de informar al árbitro si uno de los jugadores no se encuentra debidamente preparado para desempeñarse como primera línea. Y, ante la falta de una norma que atribuya expresamente esa responsabilidad al entrenador, resulta razonable entender que es el referí —quien según el propio Reglamento debe aplicar imparcialmente todas las Leyes del Juego en cada partido (Ley 6.A.4.a, citada)— el que se encuentra obligado a verificar el cumplimiento de los presupuestos de hecho de dichas normas.
Más aun cuando, como ocurre en el sub lite, las circunstancias de hecho comprobadas que rodearon al encuentro —en particular, que el partido se había demorado porque el equipo del actor no llegaba a completar el número necesario de integrantes (conf. declaraciones testificales de fs. 662/665; 926/929; 933/935; 953/954; 1016 vta./1017; 1668/1669; 1672/1674 y careo de fs. 1243/1244)- hacían razonable considerar que no todos los ¡jugadores estuvieran desempeñándose en sus puestos habituales.
10) Que en un caso que presenta singular analogía con el presente, los tribunales ingleses condenaron al árbitro y a la unión de rugby por haber incumplido el primero la regla que le imponía ordenar la realización de "scrums" simulados. En efecto, en la causa "Richard John Vowles v. Evans" ([2002] EWHC
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Año: 2012, CSJN Fallos: 335:2268
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