La decisión de una legislatura de castigar a alguien por una conducta pasada que supone un desacato a su autoridad es de un carácter muy distinto del derecho que le cabe de protegerse de todo impedimento a sus procedimientos, y no es en modo alguno necesario para el ejercicio de sus funciones (del fallo del Privy Council, 4 Moo. Privy Council 63, cit. en Kilbourn v. Thompson, 203 U.S. 168...).
12) Que el contexto descripto, muestra que el sub liteguarda analogía con el caso Marshall v. Gordon resuelto por la ya citada Suprema Corte norteamericana (243 U.S. 521). En efecto, el fiscal de distrito Marshall, a raíz deuna investigación que llevaba a cabo un subcomité de la cámara de representantes, dirigió una carta al presidente de aquél en la que, además de reconocer que había sido el informante aludido en una nota periodística que formulaba serios cargos contra un diputado, afirmó que éstos eran verdaderos, al paso que "losreiteró de una manera amplificada y con un lenguaje que era ciertamente contrarioalasreglas parlamentarias (unparlamentary) y manifiestamente áspero (ill-tempered), así como bien calculado para despertar la indignación no sólo de los miembros del subcomité, sino también la de los de la Cámara en general" (págs. 531/532). La carta fue dada ala prensa, lo que posibilitó su publicación en forma contemporánea con su recepción por el mencionado presidente. Puesta la cámara en conocimiento de los hechos, designó un comité para su consideración. Ante este último fue citado Marshall, que ratificó los cargos hechos en la misiva, afirmando que, en las mismas condiciones, reiteraría su conducta. El comitéúltimamente señalado, se pronunció entendiendo que la carta escrita y publicada por Marshall era "en su totalidad y en numerosos de sus pasajes, difamatoria e insultante, y que tendía a poner a la Cámara ante un desacato público y ridículo", por lo que el autor era "culpable de desacato (contempt) a la Cámara de Representantes por violación de sus privilegios, su honor y su dignidad". Final mente, la cámara adoptó el dictamen y ordenó el arresto de Marshall pág. 532). Planteado un hábeas corpus por el sancionado, fue rechazado en primera instancia, mas, a la postre, favorablemente acogido por la Suprema Corte norteamericana, la cual, con base en los diversos argumentos que desarrolló -demostrativos tanto de la existencia de los poderes implícitos de las cámaras del Congreso, cuanto de que estaban deparados "a las obstrucciones directas a la labor legislativa" pág. 537) resol vió que la publicación dela carta nohabilitó el ejerciciodelas aludidas atribuciones, pues ello tuvo como causa la indignación que el hecho pudo producir en la opinión pública o en los miem
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Año: 1995, CSJN Fallos: 318:1984
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