A) Protección "atenuada": sólo procede la indemnización si se acredita que la información fue difundida con conocimiento de su falsedad nuestro dolo- o con temerario desinterés (reckless disregard) acerca de si dicha información era verdadera o no. Podría preguntarse a qué categoría del derecho de raíz continental equivale la mencionada reckless disregard, pero, sin duda, en este sector de la protección atenuada "la mera negligen- .
cia no resulta suficiente" para hacer lugar al resarcimiento (la última frase entre comillas, pertenece al juez Kennedy al exponer la opinión de la Corte en Jeffrey M. Mason v. New Yorker Magazine Inc., Alfred A. Knopf Inc. v. Janet Malcolm, fallo del 20 de junio de 1991 -115 L Ed 2d, pág.
468-). B) Protección "rigurosa": procede la reparación si se prueba la "simple culpa", por leve que sea (ver sentencia in re "Costa", consider. 11).
En el área de lo penal, el aludido standard es también utilizable (confr.
Garrison vs. Lousiana" 379 U. S. 64, 74 -1974). Tal sería el caso, por ejemplo, en que fuera preciso examinar la compatibilidad de ciertos elementos subjetivos del tipo penal de un delito, con el aludido criterio constitucional. O, desde otra óptica, que procediera aplicar cuáles exigencias impone el standard al mencionado tipo penal, para que la interpretación de éste se corresponda con la Carta Magna.
9) Que, en términos que pueden ser aplicados a esta última cuestión, el ya mencionado juez Kennedy expresó que "La real malicia conforme al criterio del New York Times no debe ser confundida con el concepto de malicia como mala intención (evil intent) o como móvil originado en el rencor (spite) o mala voluntad (ill will). Ver Greebelt Cooperative .
Publishing Assn., Inc. vs. Bresler, 398 U. S. 6, 26 L Ed 6, 90 S Ct 1537 1970). Hemos usado el término real malicia como una forma abreviada de describir la protección de la Primera Enmienda a la expresión que resulte injuriosa para la reputación y continuamos haciéndolo aquí. Pero el término puede tanto confundir como aclarar. A este respecto, la frase puede ser desafortunada. Ver. Harte-Hanks Comunications, Inc. v.
Connaughaton (491 U.S. 657, 666, n. 7, 107 L Ed 2d 562, 109 S Ct.2678 (1989). En lugar de utilizar la expresión real malicia, es de mejor técnica que las instrucciones al jurado hagan referencia a la publicación de una declaración con conocimiento de su falsedad o con temerario desinterés reckless disregard) de la verdad o falsedad de dicha declaración" (Masson y. New Yorker Magazine, Inc. cit., pág. 468 a 469).
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Año: 1992, CSJN Fallos: 315:1729 
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