Pereyra después de haber visitado a la viuda de Yanisky en Sierra Colorada y de regreso a su ensa, situado en el paraje cereano denominado "Las Mochas", al pasar por la huella que conduce a la casa de Godofredo Loosby, apodado "el suizo", tomó dicha huella y se dirigió a la casa del mismo para pedirle aparte de los cabríos que se habían mezclado con su majada. Llegó poco después y al acercarse al patio, le salieron al encuentro dos pa que le cerraban el paso, pero prosiguió adelantándose y perros le acometieron con decisión especialmente uno de ellos, dando motivo para que al prevenido alzara una piedra y la arrojara con fuerza, pegún en una de las patas delant haciendo que el animal se retirara manqueando y mp de dolor. Loosby, que se había asomado a la puerta de su casa, pudo presenciar el hecho, disgustándose con el procesado y saliendo de la habitación armado de un palo, le gritó "no me mate el perro indio de mierda" y le tiró un garrotazo que pudo esquivarlo, recibiendo un golpe de refilón en el brazo izquierdo, levantando de inmediato el palo para golpearlo nuevamente, pero en esa situación pudo agarrarlo y quitárselo después de una breve lucha. Después de esto Loosby retrocedía hacia su habitación amenazándolo de pegarle un tiro de escopeta. Como el procesado sabía que tenía esa arma, y cargada, y viéndolo enojado, ereyó que era capaz de hacerle fuego. Suponiéndose en peligro, le descargó un fuerte golpe con el palo que le había quitado, a en la ° cabeza en el momento en que se introducía en la pieza, desplomándose la víctima que, al ener, dió con la eabeza en una piedra que le servía de asiento; quedando allí inmóvil. En esa situación lo vió unos segundos y luego le asaltó la idea de sustraerle el dinero que poseía Loosby, Le abrió el chaleco, quedando al descubierto el bolsillo de la camisa que lo tenía ajustado con un piolón, lo arrancó con violencia de un tirón, osesionándose del dinero que estaba envuelto en un papel de diario y que consistía en einco billetes de un peso. iendo que "el suizo"" disponía de más dinero, empezó afanosamente a buscarlo en su cama, que consistía en unos tueros tendidos en el suelo, sobre pajas. Al revolver estos elementos encontró envueltos en a DE una libreta de apuntes y otros papeles más que guardó. Prosiguió la búsqueda removiendo todo y hasta escarbando en el suelo en una de las esquinas de la pieza.
Estaba al final de ese apurado registro cuando sintió que Loosby daba señales de vida, respirando fuertemente, posiblemente quejándose, por lo que pensando que sería denunciado, resolvió ultimarlo, sacando su cuchillo y pegándole una puñalada en el cuello. Resuelto ya a retirarse dió una mirada a
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Año: 1951, CSJN Fallos: 220:891 
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