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Excmos. Presidentes de los Supremos Tribunales de Provincia, Señores Magistrados federales y nacionales.

Señores Profesionales y auxiliares de la Justicia:

En nombre de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que me honro en presidir y al agradeceros vuestra asistencia en ceremonia de tanta jerarquía os doy la bienvenida más cordial, Reunión es ésta de la gran familia judicial argentina congregada en el solar que guarda tradiciones comunes y alentada por un mismo anhelo: exaltar la virtud de la Justicia. Siendo pues, reunión defamilia, permitid que os hable si bien brevemente de menesteres nuestros, con el corazón en la maño, Se ha dicho antes que toda la existencia humana se concreta en una irrefrenable aspiración de bien común y se ha recordado, también —sin pretensión de revelaciones sorprendentes— que incumbe a los jueces la augusta misión de afianzarlo en la órbita de las funcio nes y atribuciones que le han sido asignadas. Con ese doble propósito, el legislador ha dotado a los jueces de los instrumentos legales necesarios, librándolos al saber, la probidad y la conciencia de los magistrados. El derecho escrito, la doctrina y la jurisprudencia complementan el sistema, ra Todo así parece de una simplicidad manifiesta reiteradora en el tiempo y el espacio, de cuanto acontece en el universo desde que el hombre parrí salir del reinado de la ley de la selva, vióse obligado a implantar el gobierno de los jueces. Sin embargo, duele decirlo, entonces y ahora, no ha bastado como no basta por sí sola la instrumentación legal o doctrinaria para afianzar la justicia entre los hombres, esto es, la justicia como Vir

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Año: 1950, CSJN Fallos: 216:12 
Extraido de : https://universojus.com/csjn/tomo-216/pagina-12