u y asociado en la venta de bibelots procedentes de su país, haE biéndosele aprehendido, da autoridad le secuestró en su propia persona, quinientos ochenta y tres pesos con cinco centavos, de los cuales tenía cuatrocientos en papeles de cincuenta pesos dentro de una bolsa atada alrededor del cuerpo, sobre fa piel, envuelto este dinero en un papel con caracteres chinos y manchados de sangre (fs. 18 vta.), y la Fave de la habitación en que hasta entonces habían ellos vivido juntos, del hotel de José M. Pérez e hijo, distante de aquel Tugar doscientos treinta y ocho metros (fs. 34), llave con que la misma autoridad acompañada de algunos testigos abrió luego dicha habitación encontrando en su piso ina mancha de un metro cuadrado, con vestigios patentes de sangre que había sido lavada, un batde con aguas servidas y teñidas en sangre y la sábana superior de una de las dos camas que allí había con señales de haber sido lavada durante da noche anterior para hacer desaparecer las manchas de sangre que aún se alcanzaban a ver (fs. 16, 17 y 22 vta).
El Subpretecto (sumariante, como en parte, el comisario Andrés Denazet), levantó los co!chones de una de las camas, que se suponía de finado, encontrando en uno, en la parte de abajo, una inmensa mancha de sangre, que "con el fin de ocultaria a la vista, había sido dado vuelta" (fs. 23). La otra cama tenía cuatro frazadss y un cubrecama también con manchas de sangre, "la cual se había fi'trado de una a otra en gran cantidad" (fs. 23). Los objetos de la habitación, inclusive tres bultos con mercaderias, una balija y algunos utensilos, se escontraban todos en relativo buen orden, no haciendo presumir a primera vista que en ella hubiera haber podido ocurrir actos de violencia (fs. 22), y todos fueron depositados en la comisaria, a más de un formón chico y dos herramientas (cinceles a! parecer), y "una toalla que ha servido para lavar el piso ís. 23 via.). En € inventario levantado por el Subprefecto y el comisario con fecha 2) de Diciembre, se constató que en un canasto de los chinos, había entre otros objetos, una camisa del finado, en otro canasto un calzoncillo que el procesado dice
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Año: 1915, CSJN Fallos: 122:342
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