tró que no los tenía (fs. 51 a 54). Dice que el comisario le quitó 581 pesos por un lado y 200 por otro, manchados aquellos por la sangre de su mano herida (fs. 53). Dice que no tuvo absolutamente discusiones con su compañero, la moche del suceso (fs. id). Y añade que sacó el pasaje de fs. 20 de la agencia de vapores, el 7 de Diciembre, habiendo esquivado allí su nombre al agente (fs. 54). Más tarde se hace llevar de Buenos Aires al juzgado un intérprete (fs. 78 a 82 y por su intermedio el procesado Hon Lin Sing volvió a confesar lo que está dicho, sobre la presencia en la habitación del desconocido que lo hirió y huyó dejándolo desmayado, hasta que se despertó y vió muerto a su compañero, con cuyo motivo dice que dió algunas voces en idioma chino (fs. 82 y 83). Pero no confiesa de igual manera Jo demás que sucedió, pues refiere que habiendo dado esas voces, se le presentó un desconocido a quien pidió ayuda (fs. 83) y le incitó por señas, se quedase en la pieza (fs.
86 vta.), dándole él 25 pesos, y salió a la calle donde anduvo desalentado o aturdido y hasta se durmió, volviendo después a la pieza muy de mañana, antes de la salida del sol (fs. 83), pero que en ella no encontró ya al desconocido y al muerto, por lo que se emocionó tanto que solo atinaba a go'pearse la:
rodillas, sin poder articular una palabra, y a tomar la toalta con que limpió un poco la cama inconscientemente, explicando después que no limpió, sino que viendo poca sangre en el suelo con la que estaban empapadas las ropas del muerto, metió estas ropas dentro del canasto de los artículos de comercio y salió otra vez a la calle en busca del cadáver, hasta las dos o das tres de la tarde en que regresó y fué aprehendido (fs. 84). Agrega contestando a preguntas que se le hicieron: que apenas encendió un fósforo, recibió el golpe de cuchillo, con que cayó desvanecido (fs, 86), lo que se explica, dice a fs. 88 vta. y 89, porque sufre del corazón, pues que e duele; que no sabe si la ventana había sido cerrada, porque se acostó y durmió antes que su compañero (fs. 87); que el asaltante salió por la ventana, :
pues la puerta estaba cerrada con Nave (fs. 87); que la sangre del dinero debe proceder de la herida de su dedo, como ha
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Año: 1915, CSJN Fallos: 122:345
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