Lo PALLOS DE LA CORTI SUPREMA o aelisparo contra Freire sin conseguir tocarlo y éste a sti vez apunCO tando detenidamente hizo fuego contra el subcomisario pegánEo dofe la bala en la pierna izquierda, quien al sentirse herido dió algunos saltos, cayendo en tierra sobre el costado izquierdo, mientras el procesado continuaba avanzando martillando su revólver que no tenía más balas, Que al llegar donde estaba el subcomisario caido, éste, es decir, Alfaro, tirando su revólver qu:
nún tenía en la mano, le dijo: "no me lastime que ya estoy heride y no puedo defenderme", contestándole Freire: "yo te voy a arreglar", mientras sacaba de la cintura una daga cabo de plata, como de cuarenta centimetros de largo y tomindole el brazo izquierdo del subcomisario, se lo levantó clavándele la daga hasta la empuñadura en el costado izquierdo, mientras decía en alta voz! "aprendan a matar a un hombre" e incorporándose después te cometer su bárbaro crimen gritó alos presentes que presenelaban este cuadro herrorizados : von este van tres que hago e...
mantando y sí a alguno no le gusta lo que he hecho que salga.
que para todos alcanza"; no contestándole — ninguno de los presentes que se encontraban desarmados, la provocación, retiránthose tranquilamente Freire en dirección al boliche, después de haber recogido el revólver de su victima, de donde desapareció en la madrugada, sin saber donde dirigin, Que los testigos presenciales de weste hecho salvaje se apro simaro + al subcomisario herido y trataron de hacerlo caminar, y viendo que no podía lo llevaron hasta la carpa de José Mattuz en donde le prodigaron toda clase de auxilios con los escasos medios de que disponían, falleciendo el subcomisario Alfaro a las dos de la madrugada del día siguiente, agregundo los testiWos que el procesado no se encontraba ebrio, pres no había bebido ni una sola copa ese día y además no era aficiontido a la behida y que tenía fama de hombre malo, razón por la cual no le quico dar trabajo en los carros de la construcción del ferrocarril de que era encargado don José Mattuz, (Declaraciones de los testigos presenciales Pedro Salanges fs. 204 fs, 31 vta; Fermudo Tossi, fs. 32 a 37 via.: José Matiz, 39 n 42 vta.s y Iuemaventara Galecti, 43 a 45 vta).
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Año: 1915, CSJN Fallos: 121:228
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