- El que no sepa ni leer ni escribir no puede hacer testa- mentó ológrafo, porque tiene que estar escrito de puño y letra del testador. Por él contrario, puede hacer testamento abierto, pues basta que hable y le dicte al notario su última voluntad y luego oiga la lectura de la misma; ya que, aun no sabiendo ni firmar, se hace constar esto y suscribe otra persona por él. No puede hacer testamento cerrado, por estarles prohibido a los que no saben leer. En caso extraordinario, como naufragio o acción de guerra, en que se admite el testamento verbal, por supuesto puede testar también el analfabeto.
Si no se sabe escribir, pero sí leer, se amplía la capacidad para testar de modo cerrado, en cuyo caso otro escribe por el testador, el cual declara ante el notario que un tercero ha escrito y firmado por él el documento testamentario que entrega en el pliego cerrado o que cierra y sella ante el fedatario.
El analfabetismo ge combina en los testamentos de los ya incapaces o con algún defecto; como en el testamento del ciego y del sordomudo, en cuyas especies se trata el caso.
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➥ Ratificaron la destitución de una jueza por ignorancia del derecho e incumplimiento reiterado de sus obligaciones
➥ Sobreseyeron por prescripción a uno de los imputados negando el beneficio a quienes continuaron abusando de la víctima
➥ Revocaron la sentencia que había rechazado el retiro del policía por incapacidad total por acto de servicio
➥ Ratificaron la improcedencia de la capitalización anual de los créditos laborales desde la notificación de la demanda