pero que no deseaba fuera antes de las 23 horas a buscar las bordelesas, porque recién a esa hora se encontrarían los interesados en la fábrica de alcoholes y que de acuerdo a esas instrucciones se presentaron a horario, estando en el local de la fábrica los hermanos Lisandro y Eladio Rodríguez, los que en compañía del declarante y del conductor del camión, alzaron las bordelesas, habiendo visto cómo Lisandro Rodríguez, sacando una libreta de formularios, verde claro, cortó un pedazo de papel y le hizo la cuenta del litraje que llevaba y el importe que debía traer en efectivo, ignorando a cuánto ascendía y que casi a las doce de la noche emprendieron viaje a destino habiendo acompañado a Carribero debido a que, como el trabajo escaseaba, hacía unas changas de esa naturaleza de tanto en tanto acompañando a Carribero para ayudarle en caso de rotura de gomas y el cual le pagaba tres pesos. Que al ser dete- ° nido el camión aprovechó la oscuridad de la noche para escapar de la detención que consideraba le podía perjudicar en el trabajo propio, ignorando lo que sucedió con posterioridad. Acto seguido los empleados de Impuestos Internos se constituyen en la fábrica de alcholes de don Alberto Rodríguez y en presencia del empleado y hermano de éste, Eladio Rodríguez, practiean una inspección en la fábrica y demás dependencias a los efectos de constatar la existencia de bebidas alcohólicas en contravención de las leyes vigentes, por haberse conprobado un despacho clandestino desde ese establecimiento, consistente en tres bordelesas de grappa secuestradas y depositadas en la Jefatura Política de Cieneral Alvear, manifestando Eladio Rodríguez que de la destilería de que es habilitado no ha salido grappa alguna, Practicado un careo entre Antonio Carribero y Eladio Rodríguez, el primero de los nombrados se ratifica en su declaración indicando personalmente los enseres usados para trasvasar las tres bordelesas, que fueron: dos palos de álamo para cargarlas en el camión, un embudo de tranvases, dos gomeras, una probeta conteniendo una pequeña cantidad de grappa y una media tina y un alcohómetro centesimal Gaylmassac, enseres éstos que se encontraban en un galpón destinado a la tonelería, indicando igualmente las huellas de las gomas del camión, marca Good-Year, dejados al cargar la grappa frente al galpón de la tonelería, donde les fué entregada juntamente con el litraje de cada bordelesa y precio al vendedor, que sumaba $ 302 que debían cobrar al destinatario; expresando Rodríguez que los enseres mencionados no han sido ntilizados para el trasiego de la grappa y ratificándose en un todo cuanto ha declarado. El 12 de mayo de 19834 los empleados
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Año: 1943, CSJN Fallos: 195:194
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