- Dentro de la serie originada por el Tratado de Versalles (v.e.v.), los aliados, que habían vencido en 1918 a los Imperios centroeuropeos, impusieron esta capitulación a Hungría, el 4 de junio de 1920. Las cláusulas territoriales aun muy similares a las del Tratado de Saint-Germain (v.e.v.), para Austria, con la que formaba el imperio dual; pero con puntos especiales para SUS fronteras privativas con Rumania, Polonia, Yugoslavia y Checoslovaquia; agrandada la primera, resucitada la segunda y creadas las otras dos, en gran parte, sobre antiguos territorios sometidos a dominio húngaro.
Las fuerzas armadas de Hungría se limitaban a 35.000 hombres, para mantener el orden interno. Perdía su escuadra de guerra; de lo cual se vengó en parte al designar como regente (de una monarquía sin monarca ni dinastía permitida) a un almirante: Horthy.
Fué sometida también a la amenazadora hipoteca de unas reparaciones de guerra cuantiosas; de las cuales se zafó al estilo alemán: no pagando por si mular pobreza, aunque luego dedicó su pujanza económica a preparar el rearme que condujo a la Segunda guerra mundial.
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