- Entre algunos lectores poco instruidos o por demás recelosos ge toma como habilidad suprema no querer firmar las declaraciones hechas en concepto de sospechoso o de testigo. Como los secretarios judiciales gozan de fe pública, basta la consiguiente nota expresiva de la negativa,: y la. firma del juez, para encontrarse el que no ha querido firmar en posición tan incómoda como si hubiera puesto su firma; salvo demostrar nada menos que la falsedad cometida por aquellos funcionarios públicos. Por tanto, no pasa de ser una argucia estúpida o si acaso contraproducente. Incluso si, al redactar las declaraciones, ha incurrido el funcionario judicial en alguna inexactitud, siempre asiste al que declara el derecho de hacer cuantas salvedades al respecto estime oportunas, y firmar después. (Y. NEGATIVA A DECLARAR.)
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