chó el estruendo producto de la explosión que motivó las presentes actuaciones, no obstante lo cual ambos automóviles continuaron su marcha hasta doblar por la calle Paraná en dirección a la Av. del Libertador, donde los per dió de vista. Por último dijo que aquél que se había negado a correr el Peugeot 505 no había subido a ninguno de aquellos autos, aunque desconocía hacia dónde se había ido o por qué medios.
Relató también que la primera persona que supo acerca de lo que el declarante observó había sido su hermano Luis Alberto, quien por entonces se desempeñaba en la División Sustracción Automotores de Vicente LL ópez de la Provincia de Buenos Aires; que por ello fue conducido el mismo día de los hechos a la citada repartición policial, donde relató lo que había observado al Comisario Garelo —titular de la dependencia— y a un Subcomisario, a quienes aportó el número de la patente del Peugeot 505. Agregó quealas 21 horas fue conducido ala Casa de Gobierno, donde participó de una reunión en la que estuvieron presentes, entre otros y según la identificación que de los presentes efectuara su propio hermano, el enbajador del Estado de Israel en Argentina, el entonces Ministro del Interior Dr. José Luis Manzano, el titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°? 1 de San Isidro Dr. José Roberto Marquevich, el entonces titular de la Pdicía Federal Argentina, el titular de la División Sustracción Automotores de Vicente López, un Subcomisario dela misma dependencia y su propio hermano, durante cuyo transcurso tomó conocimiento de que el Peugeot cuya patente anotara registraba pedido de secuestro (conf. fs.
150/5 y 2754/5). También refirió que al día siguiente fue conducido al Departamento Central de la Policía Federal Argentina, donde confeccionó dos identikits, y afirmó no haber firmado acta alguna en las dependencias policiales mencionadas.
Según siguió relatando este testigo, el Crio. Garelo volvió a contactarse con él pocos días antes del atentado ocurrido en la Sede dela AMIA-DAIA; que en dicha ocasión, lo hicieron comparecer antela Brigada de Investigaciones de Tigre, donde aquél se encontraba destinado, y que allí volvió a realizar un relato de lo que había visto, esta vez en presencia de personal de la Secretaría de Inteligencia de Estado y del Ministerio del Interior.
Exhibidos que le fueron durante su declaración los legajos de fotografías reservados en el Tribunal, Sedarri reconoció a Hesmatollah
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Año: 1999, CSJN Fallos: 322:3518
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