siéron a comer sintió un ruido, como de un cuerpo que caía, y dándose vuelta, vió que era el peón Demetrio Zepezcki que caía en ese momento notando que uno de los peones que había venido esa noche salia corriendo por la puerta de entrada yendo hacia afuera. Que después vieron que Zepezcki, estaba herido en el costado izquierdo de la parte de atrás, falleciendo sin hablar una palabra una hora después, e durante el tiempo que estuvo en el boliche no tuvo oportunidad de oir que cambiara una palabra entre la víctima y su matador, que los rusos cantaban y Zepezcki decía sin dirigirse a persona determinada "que los rusos cantaban mejor que los italianos", que Zepezcki estaba un poco ebrio, pero el matador muy poco.
A fs. 4 declara Prudencio Sosa, argentino, comerciante, de cuarenta y un años de edad, con domicilio en "Cinco Chañares" quién dice que conoce a Zepezcki porque trabajaba como peón en la cuadrilla de la estación y en cuanto a Juan Tochetti únicamente por haberlo visto, esa noche por primera vez y expuso: - que la noche de referencia del treinta y uno de Julio Hegaron al despacho de bebidas del declarante tres personas italianas. que no conocía y £) capataz de la cuadrilla de la estación y se pusieron a-jugar a la baraja. Que como a la media hora llegaron tres rusos, peones del capataz ya citado Félix Saltori, como a las ocho pasado meridiano, que en esas cirTunstancias pidieron una lata de sardinas y ensalada para comer. Que se acercaron al mostrador que los rusos estaban can- :
tando, después salieron dos de éstos afuera, quedando ZepezeKi adentro, como a las nueve y media estaban conversando el declarante con el capataz Saltori y en el mostrador y el rubio cuyo nombre ignora y otro italiano alto estaba atrás recostado en la pared, sin hablar con nadie, de pronto éste salió corriendo para afuera y vió el exponente que Zepezcki cayc al suelo, creyendo que aquél lo hubiera empujado al salir y asomándose por arriba del mostrador vió que Zepezcki se dió vuelta boca abajo, viéndole que le salia sangre, inmediatamente se «lió cuenta de lo ocurrido y le pidió a Saltori quedara un momento cuidándole la casa, riientrás él fué corriendo a la es
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Año: 1917, CSJN Fallos: 126:132
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