- Lo efectúa un vendedor ambulante que ofrece productos más o menos aceptables, en combinación con un punto que tiene varias monedas falsas en sus bolsillos, y que se las va pasando de una en una a aquél, conforme les da hábil salida. Para esto, cuando cae algún cliente, y de vez en cuando, para no suscitar excesivas sospechas, el vendedor cambia con agilidad la moneda buena que se le ha entregado por la falsa que tiene y se la enseña al parroquiano, al cual se la rechaza como falsa. El incauto y avergonzado comprador suele optar por el pago con otra legítima, para llevarse el producto. El timador refuerza su actitud mostrando todas las monedas que tiene, para que cualquiera compruebe que todas son buenas, menos la que acababa de recibir.
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