- El que sirve de garantía contra extravíos, robos y daños en la correspondencia, paquetes postales y demás envíos que del correo se valen. El más elemental consiste en la carta certificada, en que la Administración, luego de trámites que ponen a prueba la paciencia del reclamante, suele entregar una suma ínfima si la correspondencia no ha llegado a destino, o si ha arribado abierta o en otras malas condiciones. Lo es también el de valores declarados, donde el servicio postal suele fijar una cuantía máxima como indemnización. La prima, en estos seguros, se convierte en el pago de un franqueo adicional casi siempre.
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