sin siquiera considerar lo declarado sobre tal afirmación por la perito Herrán, cuyo testimonio, sin embargo, el tribunal de juicio tuvo en cuenta para desestimar -junto a otras constancias del proceso- esta hipótesis de la defensa.
Obsérvese que a preguntas del tribunal sobre esa manifestación de la licenciada que entrevistó al menor en cámara Gesell, Herrán explicó que "si bien la expresión inmediata y espontánea del niño de la situación de abuso apenas ingresa a la entrevista puede ser un indicador de inducción, ello no aconteció en este caso". Sobre ese punto señaló que en el sub lite "no e[ra] un relato espontáneo porque no fue desde el vamos que el chiquito que entró en la cámara Gesell pudo dar cuenta de todo esto", y aclaró que en ese sentido se expresó Moretto al plasmar en su informe "que el niño hizo referencia al hecho pero no de manera espontánea" (fs. 192).
Cabe subrayar que para descartar la posible inducción alegada por la defensa, el tribunal además ponderó que la propia perito Berlinerblau había dedicado gran parte de su entrevista con P a establecer dicha circunstancia y que al ser expresamente interrogada en el debate sobre si detectó un posible adoctrinamiento respondió: "no me pareció". Sobre ese aspecto, el tribunal también tuvo en cuenta que en su declaración testimonial la profesional indicó que "al preguntarle por su papá M. el niño se escondió y que después ante esta dificultad consideró justificado hacer alguna pregunta más indicativa, aunque lo más abiertamente posible. Así, lo interrogó sobre "si algo no le gustó, o algo le molestó, o si la mamá le dijo algo", [pues] esa era una manera de intentar ver si el niño decía bueno, mamá me dijo que te contara eso o tal cosa", pero él sin embargo dice "no, me besó el pitulín (sic)" (ts. 192).
Como dije, ninguna de estas circunstancias, en cuya valoración conjunta con el resto de los elementos probatorios se apoyó el tribunal de juicio para desestimar la tesis del adoctrinamiento fueron consideradas por el a quo. Antes bien, advierto que, pese a que el tribunal sostuvo que aun aceptando que P S. tuviera "características de personalidad con rasgos de manipulación, sobreactuación, impulsividad e histrionismo", como alegaba la defensa, la situación no cambiaba de ninguna forma en virtud de la contundencia del relato del menor y de los informes de los peritos oficiales (fs. 202), el a quo planteó dudas sobre una posible inducción incluso cuando el propio imputado la descartó en su declaración. En efecto, tal como señalan los magistrados en la sentencia condenatoria, al referirse al testimonio de Sastre, R.
manifestó que al escucharla se dio cuenta de que estaba totalmente convencida de eso y que lo hizo para proteger a P (fs. 17 y 202).
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Año: 2017, CSJN Fallos: 340:1289
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