12) Que, en efecto, en el sub lite se acreditó por pruebas directas e inmediatas que el fallecimiento del menor se produjo como consecuencia del golpe que recibió en la cabeza —con o contra una superficie de consistencia dura- y que previamente había sido violado, ejerciéndose fuerza a tales fines, lo que le produjo varias equimosis en el cuerpo.
Además está probado que durante el lapso que el niño estuvo con Vignati —en el cual se produjo el acceso carnal no se sintieron llantos (ver fs. 156 y 446) y que al salir aquél de su habitación a las 20.50 estaba en un estado emocional abrumado (fs. 193, 811, 166 y 168). La cámara destacó, por otro lado, que no existía el menor indicio de que otra persona -ajena a la pareja— hubiese entrado en la habitación 33.
13) Que, por otro lado, de los peritajes médicos de los doctores Frontini (fs. 14 y 151), Lunati (fs. 48, 117/118 y 680), Riu y Hachmanian autopsia de fs. 84/89, 245/246), declaraciones testificales de fs. 275/276, 277 y 645/647 y de los médicos forenses doctores Navari y Ravioli fs. 744/7477), en correlación con las declaraciones de fs. 118, 119, 166 y 193 —ratificada a fs. 811 se infiere de manera concluyente e ineuívoca, que existió un nexo de continuidad temporal entre el acceso carnal, algunas equimosis producidas en el cuerpo y el golpe fatal en la cabeza del menor.
14) Que, en tales condiciones, aun cuando no se haya determinado precisamente la etiología del golpe fatal, o si hubo o no hubo intencionalidad de quien se lo causó, de la valoración unívoca de las constancias a las que se ha hecho mención en los considerandos precedentes surge que existió una estrecha conexión entre la violación y la muerte del infante. Por ello, lo afirmado por la alzada en cuanto a que no se probó el homicidio resulta ser una mera afirmación subjetiva impregnada de un excesivo rigor formal, particularmente cuando el a quo destacó que en este tipo de delitos "la ausencia de prueba directa sobre el acto comisivo se cubre con la presuncional que emana de juzgar los hechos con lógica y sentido común".
15) Que, por otro lado, si la cámara hubiese ponderado debidamente las pruebas producidas en autos, habría advertido que la causa del golpe nunca pudo haber sido que éste se cayera de la cuna, pues el propio Vignati, en su declaración indagatoria de fs. 76/81 y 538/540, manifestó que ello sería imposible en razón de que las barandas de la cuna le llegan al niño a la parte superior del pecho. De ahí que la situación de incertidumbre en que incurrió el a quo —queda la duda acerca de si medió un golpe intencional, si lo fue involuntario, si el
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Año: 1996, CSJN Fallos: 319:1733
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