turnino Rios.—Saturnino Rios declaró ser cierto el contenido de la declaracion anterior, menos el que el declarante haya dado muerte a ninguno de la tripulacion del paitebot «Union» ni al marinero que quedó herido 4 los cuales hirieron Corro y Gomez, sin que el deelarante haya tenido mas participacion que la de haber tomado dos onzas de oro y diez pesos bolivianos con alguna ropa. Ramon Rios alias Corro) declara:—que Amadeo, patron del pailebot «Union» a quien le pidió remolque, que le fué concedido, determiné subir la canoa 4 bordo, navegando cuatro horas poco mas ó menos hasta que amarraron porque el baqueano temia mal tiempo; que se acostaron todos 3 dormir, al parecer con mucha confianza, pues todos lo hicieron en cubierta, escepto el marinero que se acostó en el rancho de proa; que dormidos todos, hasta el declarante, vino Saturnino Rios y lo recordó para que dicron el golpe que tenian meditado, del cual el declarante habia desistido interiormente; pero que no lo manifestó 4 sus compañeros por sostener su palabra; que Gomez y Rios mataron el patron, y el declarante le dió al baqueano con el fierro del molinete; y que los otres dos lo echaron al agua; que el mismo declarante le dió un tiro en el cuello al marinero de proa, al tiempo que asomó la cabeza; y que los otros dos compañeros le tiraron otros tiros y lanzasos; y como 4 las ocho de la mañana del dia siguiente se retiraron de 4 bordo, robando 35 pesos bolivianos, 6 onzas de oro y 450 pesos papel moneda de Buenos-Aires, con 50 que Gomez le sacó al haqueano antes de echarlo al agua; que vió que el marinero de proa quedaba vivo, y que le dió lastima de matarlo, 4 pesar de que Rios y Gomez trataron de hacerlo; que el patron Amadeo hizo resistencia cuando fué atacado por Rios y Gomez, pero no el baqueano, que despues de los dos golpes que el declarante le dió, y medio vivo aun, fué echado al agua por aquellos, y que el marinero no hacia sinó esconderse en el rancho.
Marcelino Aguirre, declara: que hacian como tres meses, que estando en la Victoria le dijo Corro que no tenia mi con que comprar un arma para cazar animales en la Isla; y que el declarante le dió un fusil fulminante, desde cuya época mo volvió á verlo:
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Año: 1863, CSJN Fallos: 1:392
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