- Apoderamiento presuroso y arrebatado de una cosa, entre muchos que la pretenden; como el dinero arrojado en algunos actos familiares o públicos de regocijo. Es una manera de adquirir, como donatario incierto, quo no excluye la instantánea privación de posesión y propiedad por otro más hábil o fuerte; ya que, hasta terminar el bullicioso reparto, no puede hablarse de robo en tal caso, insignificante además en la cuantía por lo común.
Andar a la rebatiña: se dice de esa manera de abalanzarse en un reparto, que a veces )en poderes y gobiernos poco escrupulosos) es de puestos y enchufes, y se refiere entonces al apetito impúdico en la solicitud y en el ansia de la acumulación.
También se aplica a formas leves o graves del saqueo y del hurto; como en la actitud de los desaprensivos que se apoderan de los comestibles u otras cosas volcadas en la vía pública a causa de un accidenté; o que se prevalen del abandono de bienes en incendios, terremotos y otras calamidades. Este proceder integra delito, con ejecución sumaria cuando la autoridad militar dicta el bando correspondiente.
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