- El movimiento obrerista, desde mediados del siglo XIX, ofrece acentuado carácter internacional, impreso por la comunidad de problemas entre los trabajadores de los distintos países. Ello ha provocado, en relación con las organizaciones sindicales, la formación de frentes unidos de acción, conseguidos merced a la unidad de los sindicatos profesionales de cada nación y a la integración de éstos, a su vez, en importantes confederaciones internacionales.
No obstante la unidad de las aspiraciones de los trabajadores en cuanto a sus principales reivindicaciones, su organización internacional no ha logrado la unificación, por la rebeldía de elementos extremistas dentro de tal movimiento, y por las escisiones hábilmente provocadas por el mismo capitalismo. Así, a la Primera Internacional de Trabajadores, fundada en Londres en; 1864, y en la que tuvo papel preponderante el teórico del socialismo, Carlos Marx, surge, por las discrepancias violentas de Bakunin y sus secüaces, la Segunda Internacional de Amsterdam, la má3 importante de las organizaciones de trabajadores por el número de sus adheridos. En 1920, luego de la Revolución rusa, en Moscú aparece la Tercera Internacional, al servicio de la idea comunista de supeditación mundial a los dirigentes rusos.
Al margen de la política particular, luego de la Segunda guerra general, se celebro en París, en 1945, la Conferencia Mundial de Sindicatos, que reunió a representantes de 66.000.000 de trabajadores, de 56 países, de donde surgió la Federación Mundial de Sindicatos, con el propósito de unificar la acción de los trabajadores agremiados, con orientación colectiva y unitaria sobre doctrina y táctica. Al menos teóricamente, las dos Internacionales, la de Amsterdam y la de Moscú, desaparecían de modo "definitivo"; pero bien pronto se demostró, conforme sostuvo la A.F.L., que dicha Federación era sólo una pantalla para la acción internacional del sindicalismo soviético. Una serie de escisiones se produjeron sin tardanza. Los sindicatos ingleses, noruegos, daneses, belgas y la S.I.O. americana se separaron de dicho organismo; y en 1949 se constituye la Confederación Internacional de Sindicatos Libres.
En otro orden de organizaciones internacionales se encuentran la Internacional Sindical Cristiana, a la vez profesional y confesional, constituida en 1922, en el Congreso de Insbruck. Además, la Federación Panamericana del Trabajo, con afiliados y federaciones nacionales en diversos países del Nuevo Mundo.
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