- Al que iba a ser torturado por este medio se le colocaba en el potro (v.e.v.), atado de pies y manos, para evitar todo movimiento defensivo. Luego se le ponía en cada mano y pie una tabla con cinco agujeros muy justos, para que pasaran por ahí separados los dedos. A continuación se le metían al torturado cuñas de madera, ya entre las uñas y la carne; ya entre los dedos y la madera, para destrozarle aquéllos.
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