- Aquel en que una de las partes fija las condiciones uniformes para cuantos quieran luego participar en él, si existe mutuo acuerdo sobre la creación del vínculo dentro de las inflexibles cláusulas. Constituye un medio contrario a los privilegios de los distintos contratantes; pero también una de las palancas de opresión de las grandes empresas navieras, de transporte terrestre, de electricidad, etc., que imponen condicione: a veces leoninas, se descargan de las responsabilidades que quieren y hasta recaban la facultad de alterar unilateralmente, por determinadas circunstancias del meróado, que ellas mismas aprecian, el costo de los servicios o el valor de las prestaciones. En los arrendamientos urbanos, en los seguros y en otros varios casos ha provocado la justificada intervención del Estado.
En el contrato de adhesión (también denominado por adhesión) no existe discusión previa: no hay otra alternativa que la aceptación total o la abstención. El sistema es más frecuente cada día; y bastará citar el caso de los almacenes y tiendas con precio fijo, además de los contratos laborales.
Dentro de la contratación cabe distinguir dos clases: la de los contratos necesarios, que se confunden con los contratos de adhesión; y los voluntarios, donde las partes realizan el acuerdo con una manifestación libre, y hasta cierto punto original, de su voluntad. La posición de quien al tomar el tranvía y pagar su billete realiza un contrato no es la misma del adquirente de un inmueble, o del que constituye una sociedad de responsabilidad limitada. La forma de contratar basada en la autonomía de la voluntad será solamente aquella que tiene el carácter de un consentimiento prestado con pleno conocimiento de causa.
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