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contró el rastro del caballo moro que montaba Juan Culipi el dia del crimen.

Que Culipí calzaba el dia del crimen ulpargalas, las que se encontraron en su casa manchadas de sangre.

Todos estos hechos, como se ven, se ligan, se encadenan y constituyen indicios reveladores, de que los untores del crimen son los procesados de tal suerte que prescindiendo de la confesión de estos, esos indicios bastarian para motivar una con denación; porqué según esos indicios no se puede utribuir el crimen úotros sinó á ellos.

Nótese que ea la inspección ocular del lugar del crimen, acta de £. 49 v.yel Sargento Lerra que hacia el reconocimiento de los rastros de los caballos ha constatado — que los animales que han pasado por lus lomas son los mismos que se aleje" del lugar del suceso, no habiendo dude de ninguna especie que uno de los citados rastros pertenece al mismo caballo moro de Juan Culipí, que tambien tné llevado al efecto; que dicho Sargento herra, nsegura que el crimen ha sido perpetrado entre tres personas, pues lus rastros de los caballos así lo imdicin Nótese también que cuando Vicente Paillalef se encontró con el menor Onofre Arias, entretenicudo á este, ya con las eouversaciones antes recordadas, ya haciendo pelear sus pe reos, dicho menor se apercibió de que cuando hicieron pelear los perros, el de Paillalef disparó para el bajo en donde fué encontrado el cadáver de Elorriaga, hecho que dicho Paialef confirma en 5u careo de F. 35 con el referido menor Arias, y hecho que sugiere la idea de que en ese momento estaba en el lugar del crímen alguno e algunos hermanos de diche Paillaler.

De modo que los indicios mencionados revelan el complot uedido por los hermanos Paillalef y Culipi para dar muerte ú Segundo Elorriaga y que tal complot se llevó á cabo el día

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Año: 1906, CSJN Fallos: 106:255 
Extraido de : https://universojus.com/csjn/tomo-106/pagina-255