- Este suplicio, para impresionar aún más al sospechoso, se servía de un ataúd, en cuyo centro había una barra, más bien una lanza por el destino que tenía. Luego de maniatar al reo, se le colocaba en postura tal, que la espalda se apoyara sobre la barra. Ya situado en esa difícil e incomodísima postura, se le forzaba a beber gran cantidad de agua, que le producía terribles convulsiones, al grado de concluir casi siempre con la fractura de la columna vertebral, o con la muerte misma del atormentado.
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➥ Ratificaron la destitución de una jueza por ignorancia del derecho e incumplimiento reiterado de sus obligaciones
➥ Sobreseyeron por prescripción a uno de los imputados negando el beneficio a quienes continuaron abusando de la víctima
➥ Revocaron la sentencia que había rechazado el retiro del policía por incapacidad total por acto de servicio
➥ Ratificaron la improcedencia de la capitalización anual de los créditos laborales desde la notificación de la demanda