- El que relata lo que ha oído a otros testigos, que sí oyeron o vieron lo que se aduce o controvierte. No por ser el testimonie de algún dicho es el testigo de oídas, aunque sea el oído el órgano que haya servido para captar lo que se refiere.
Es llamado también testigo auricular, y la fragilidad de su testimonio (propenso a degenerar en chismorreo) lleva a eludirlo. La Part. III, tít. XVIt sólo lo admitía en caso de hechos muy antiguos o cuando se tratara de probar la fama pública.
La Ley de Enj. Civ. esp. requiere que el testigo indique la razón de su dicho; o sea, si la sabe por 3Í o por otro (art. 649). En las causas por injuria o calumnias, la Ley de Enj. Crim. no acepta los testigos de referencias cuando los agravios sean verbales (art. 813); primero por la posibilidad de exageración, y para evitar también que ee reproduzcan impunemente las ofensas, (v. TESTICO DE VISTA.)
[Inicio] >>