- es una de las insuficiencias motoras más frecuentes que aparece como consecuencia de una lesión cerebral o de un problema en el desarrollo del cerebro. En este tipo de padecimiento, si bien las posibilidades de cura no son viables, un adecuado tratamiento neurológico y de estimulación temprana facilita el desarrollo del potencial del alumno. Como en todas las otras enfermedades orgánicas, el rendimiento escolar del alumno dependerá del grado de gravedad de la lesión: leve, moderada o grave. En ocasiones, la parálisis cerebral sólo afecta a las posibilidades del movimiento pero, en otros más graves, aparecen dificultades en el área intelectual: en las capacidades para comprender, recordar o resolver. A nivel corporal, la mayoría de las personas con parálisis cerebral (PC) presentan hipertonía o espasticidad, es decir, la contracción y distensión involuntaria de los músculos, lo que hace que sus movimientos resulten poco coordinados y que se dificulte el control voluntario de éstos. Otra afectación común es la hipotonía, es decir, la disminución del tono muscular, lo que provoca una "falta de fuerza", que impide lograr el equilibrio, sostener la cabeza o agarrar objetos, por ejemplo. El desarrollo psicológico, intelectual, social y motor del niño con parálisis cerebral varía considerablemente según cada caso, dependiendo de la gravedad, de las posibilidades de intercambio con el medio, de la contención de la familia y de los tratamientos médicos y rehabilitación a los que el niño tenga acceso. Un punto para destacar, de gran importancia, son las características del ambiente físico en donde se encuentra el niño, ya que el uso de elementos ortopédicos, como sillas de ruedas, andadores o muletas, requiere ciertas adecuaciones, como ascensores, rampas y puertas y pasillos amplios, por donde el niño pueda transitar sin dificultad. En algunos casos, de esto dependerá el éxito o fracaso del desarrollo escolar de los individuos con parálisis cerebral.
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