- A partir de la guerra española (1936-1939), se denomina así oficialmente al inutilizado en acto de servicio; por considerar algo deprimente, los autores de la iniciativa, el antiguo nombre de inválido (es decir, el que "no tiene fuerza ni vigor"), para designar a los que no vacilaron en sacrificarse por la patria (o sufrieron esa desgracia contra su voluntad, pero digna» mente).
Estimamos que se incurre en un error idiomático indiscutible: no todos los inválidos son mutilados. Piénsese en el caso extremo de un paralítico si conserva todos sus miembros. Constituye, por tanto, un dislate anatómico y otro gramatical; para ello basta leer la definición académica que se inserta al tra-, tarse del verbo mutilar (v.e.v.). Tal vez haya razón en que, al expresar la Academia Española qué comprende por inválido, lo hace con poco esmero, con un tanto de desdén. Pero si por inválido se entiende, rectamente, el que no puede valerse para el anterior servicio (el militar que desempeñaba) u otro igualmente ¿til, y quien merece con derecho el amparo del Estado por su sacrificio,o desventura, no se advierte lo denigrante por parte alguna.
Los mutilados o inválidos de guerra suelen gozar, además de determinadas pensiones, según sus defectos, de preferencia para el desempeño de ciertas actividades compatibles con su invalidez relativa.
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