- Forma de gobierno en que la jefatura del Estado, absoluta, moderada, constitucional o parlamentaria, ee ejercida de modo vitalicio por una persona investida de prerrogativas y honores especialísimos )el monarca o rey) que, por lo general, transmito el poder a sus descendientes, por el sistema de rígida primogenitura. Estado regido más o menos efectivamente por un monarca. | | Duración del régimen monárquico en un país.
Aunque ha habido monarquías electivas, y aun lo continúa siendo, por naturaleza, tradición y ley, la Santa Sede en cuanto gobierno temporal y espiritual al predominio avasallador corresponde a las monarquías constitucionales, donde la corona o el trono, símbolos de la institución monárquica, se vinculan a una familia, en la cual se perpetúa por el orden sucesorio establecido en la Constitución u Otro texto especial» Para Aristóteles, de acuerdo con la etimología de la palabra, monarquía es el gobierno de un individuo; aristocracia, el de algunos; democracia, el de todos. Degradados por el servicio exclusivo del interés representado, esas tres formas se convierten en tiranía, oligarquía y demagogia, (v. las principales voces cit.) En El espíritu de las leyes, Montesquieu divide los gobiernos, según su naturaleza, en republicanos, en los cuales el gobierno es ejercido por el pueblo (democracia) o por una parte de él (aristocracia) ; en monárquicos, donde impera una sola voluntad, pero con sujeción a las leyes; y en despóticos, donde gobierna un soberano sin otra ley que su albedrío o capricho.
La accidentalidad de las formas de gobierno, proclamada por el gran tribuno español D. Cristine» Martos, constituye una realidad en cuanto a la posible ventura y desgracia de los pueblos con testas coronadas o con gorros frigios. Pero lo indudable, sin más que fijar los ojos en la geografía y recordar la historia de más relieve, es la decadencia total de la institución monárquica, dominante en Europa antes de la Revolución francesa, quizás con la sola excepción suiza; pero los aires liberales de aquel movimiento y del siglo xix socavaron la mayoría de los tronos existentes, para destrozarlos casi por completo luego de las dos guerras mundiales, que reducen 1a9 monarquías europeas a las nominales de los tres países escandinavos, la inglesa, las de Holanda y Bélgica y la artificial e impuesta de Grecia. En América no existe una sola monarquía; y los ensayos imperiales del México y del Brasil en el siglo xix no constituyen precisamente argumento favorable para el trasplante de la especie que se está perdiendo en el Viejo Mundo, (v. REPÚBLICA.)
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