- Deseo vehemente de que alguien sufra un mal. Para el Derecho carece de trascendencia por lo general; ya que no es punible, salvo salpicarse de insultos o injurias. No obstante, en los exaltados, una imprecación puede obrar como estímulo para una reacción violenta, atenuada entonces por el arrebato producido por aquélla, (v. MALDICLÓN.)
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