- El que tiene por motivo la vehemencia de ciertas pasiones; como el amor y los celos, y su combinación con los impulsos sensuales. El conyugicidio, las reacciones violentas entre novios o amantes, o entre quienes lo han sido, la desesperación de los enamorados o seductores frustrados nutren este capítulo de la criminalidad que tanto agrada a muchos lectores de periódicos, que saben administrar con habilidad el interés que tales hechos despiertan, por combinar la frecuente revelación de secretos escandalosos con la brutalidad que los arrebatos pasionales inspiran.
Donde el jurado funciona, los crímenes pasionales suscitan, según la simpatía o Ib repulsivo del caso para la populachería, las condenas más crueles y las absoluciones más desconcertantes; éstas sin más que negar los hechos más evidentes y confesados, y aquéllas, aceptando sin titubeos la acusación más severa. # Criminológicamente, el que delinque por motivo pasional no está calificado como sujeto peligroso; ya que su acción ha sido por motivos de relaciones personales, que no se reproducen con facilidad, salvo ciertos impulsos sexuales, como en los populares "vampiros" o "destripadores".
En gran número de casos puede concurrir, o al menos se alega, la atenuación del arrebato y la vindicación próxima de ofensa grave.
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