- Curiosa práctica familiar en pueblos de sencillas o primitivas costumbres. Consiste en la permanencia del padre reciente en el mismo lecho donde su mujer ha dado a luz, y en compañía además de la criatura nacida. Para unos, la voz proviene de encovar (esconderse), de covo o cueva; para otros, del bearnés couver (empollar). El progenitor justifica así visiblemente su paternidad y recibe las felicitaciones. Tal sentido ha presentado entre los mallorquines, por ejemplo; y una supervivencia de ello se descubre en la presentación de los descendientes reales, en una bandeja, ante los cortesanos. Para los maragatos, pueblo leonés de interesante y vigorosa personalidad, la covada constituye una simbólica abstención del padre, que renuncia a alejarse del hogar, para defender al recién nacido.
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