- Aunque la Academia remita sin más a ramera, la denominación de cortesana se reserva para las de favores más preciados, para aquellas que constituyen la aristocracia del vicio, con encumbradas relaciones y ejercicio profesional independiente. Sin propósito de ofender al comparar, la prostituta corriente integra como el proletariado de la carne mercenaria, mientras la cortesana oscila entre la artesanía del placer físico y el arte del amor venal. Entre las favoritas de las alcobas regias y las busconas de los puertos existen también sus diferencias.
[Inicio] >>