- Excesiva influencia de los caciques do los pueblos en asuntos políticos y administrativos.
Aunque el juego predilecto del caciquismo consiste en el fraude electoral, para asegurarse así apariencia de legalidad y permanencia en el mangoneo de los asuntos públicos, tiende a otros fines más lucrativos; como la provisión de puestos en testaferros y partidarios incondicionales (sin estricta competencia para ellos ni severa obligación de desempeñarlos); la desigual distribución de ciertos impuestos, sobre todo locales; y, a veces, también a turbios negocios o concesiones, e incluso a un peculado impune. Otro aspecto sin el cual resulta difícil concebir el caciquismo es la persecución constante, minúscula y sañuda del enemigo político, antecesor en el ejercicio del caciquismo y eventual sucesor, al cual no hay que dejarle levantar cabeza. Los recargos impositivos a los adversarios, las dilaciones extraordinarias en la tramitación de sus peticiones, demandas y quejas; la imposición de multas con rigor reglamentario o ante supuestas infracciones; traslados, postergaciones y destituciones de empleados, constituyen, entre otras, las ar- líias elegidas por el caciquismo para vengarse del enemigo que mandó antes y del que puede caciquear después y en contra. El caciquismo se encubre con hipócrita apariencia de legalidad; es una tiranía sin derramamiento de sangre; pero, en ocasiones, con propósitos y efectos no menos crueles. En España, los años típicos del caciquismo han sido los postreros del siglo xix y casi el primer tercio del siglo xx. (v. CACIQUE, DESPOTISMO, DICTADURA.)
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➥ Se conocieron las condenas por la sedición policial de diciembre de 2013
➥ Condenaron por abuso sexual agravado a quien decía tener poderes sobrenaturales para llevar a cabo su cometido
➥ Rechazaron el amparo para evitar espectáculos de jineteada y doma entendiendo que no representan crueldad equina
➥ El Jurado de Enjuiciamiento absolvió al juez cuya secretaria le había imputado acoso sexual