- El individuo que, faltando a los deberes de solidaridad humana, vive sin hacer rada útil cuando tiene capacidad para ello. Ese concepto excluye a los ociosos justificados; como los niños o jóvenes que no han alcanzado la edad conveniente para desarrollar actividades que requieren esfuerzos o preparación, los que por enfermedad se encuentran en situación análoga y quienes por su edad o servicios prestados merecen que se les releve de la prestación cotidiana y obligatoria de nuevos trabajos o funciones.
El auténtico parásito social es el que injustamente "roba un sueldo", porque no desempeña la tarea que corresponde o la rehuye y "el que come de balde el pan ajeno", como los explotadores del vicio en toda su escala, del juego al contrabando, pasando por la prostitución, el rufianismo y la mendicidad profesional, a situaciones más discutidas por la moral y el Derecho, como la del rico ocioso.
Como crítica social apasionada en ocasiones, en el parasitismo social se incluyen las clases o profesiones que no son inmediatamente productivas y que suscitan la antipatía u odio de quien así las califica; según las opiniones, se incluyen en estos deudores de trabajo para con la sociedad, a los sacerdotes, a los militares, a la fuerza pública, a los intermedia ríos mercantiles, etc.
Gurvitch indica como causas del parasitismo social, el fraude, el favoritismo, el atractivo sexual, la simulación y el pretexto.
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