- Fabulosidad en las declaraciones, testimonios y relatos, en que el sujeto finge o miente con apoyo de una realidad adulterada. Es el caso del que se ata y pretende que ha sido objeto de la violencia de unos ladrones; quien simula un suicidio y atribuye la acción a un supuesto agresor. En otras formas, frecuentes en los alcohólicos, quizás por menor dominio de las imágenes, la mitomanía se invierte y el sujeto se autoacusa falsamente, con simulación de indicios sospechosos para confirmar su confesión imaginaria. A veces, una contradicción flagrante o la imposibilidad de los hechos en alguno de sus episodios o eslabones, basta para descubrir esta superchería. Casi siempre es fruto de un evidente desequilibrio mental, revelado también en el "olvido" de fundamentales fragmentos, como no recordar si el techo fué Je Jía o de noche, si lo realizó hombre o mujer, titubear al respecto o incurrir en una pronta rectificación.
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