- típico trastorno de la infancia en la que los niños se caracterizan por ser impulsivos, inquietos, impacientes y desatentos. Los siguientes son indicadores de hiperactividad en distintas etapas del desarrollo evolutivo del niño: - 0 a 2 años: descargas mioclónicas (tipo de contracción muscular caracterizada por contracción simultánea de diferentes grupos musculares durante el sueño); alteraciones en el ritmo del sueño (períodos cortos de sueño y sobresaltos al despertar); modificación en el ritmo de alimentación del bebé; resistencia a los cuidados habituales; reactividad elevada a los estímulos auditivos; e irritabilidad acentuada. - 2 a 3 años: inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa consciencia del peligro y, en consecuencia, aumento en la propensión a sufrir accidentes frecuentes. - 3 a 6 años: problemas de adaptación e integración social, desobediencia a la autoridad adulta, y dificultades para seguir las normas preestablecidas. -A partir de los 6 años: incremento de desobediencia, agresión, impulsividad, desatención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.
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