- Magistrado supremo de la antigua República romana que, nombrado por los cónsules y. con la aprobación del Senado, ejercía omnímodamente el poder público, durante un plazo brevísimo de seis meses a un año, .para restablecer la tranquilidad o conjurar un peligro. Este cargo, plenamente jurídico en su origen y en su ejercicio, y cuya iniciativa no era debida al titular, ha degenerado evidentemente en el concepto moderno de dictador, donde significa el gobernante que por la fuerza y de manera absoluta ejerce indefinida e irresponsablemente el poder público, al meno9 el ejecutivo y «1 legislativo, a través de los decretos-leyes (v.e.v.) o de cámaras sumisas.
El moderno dictador suele deber su nombramiento a la propia determinación airada, mediante una revolución o pronunciamiento de índole militar. Estos monarcas sin corona, en contraste pleno con los dictadores romanos, tienden a perpetuarse, al menos como defensa, y al endiosamiento que exigen de admiradores recompensados y, en general, de los atemorizados súbditos. El problema dificilísimo de la sucesión de los dictadores, pues la renuncia espontánea la torna casi imposible el temor de las responsabilidades y la experiencia del peligro vivido entre poderosas custodias, plantea para los pueblos el drama de la revolución interna o el del conflicto exterior adverso; pues el desenlace natural resulta excepción, por la misteriosa salud o longevidad que acompaña casualmente, o por la excelente vida llevada, a casi todos estos aprendices de César, como ellos pretenden, o émulos de Nerón, cual suelen resultar.
[Inicio] >>