- Las Constituciones o Estatutos de Clárendon (nombre de una aldea inglesa) fueron dictados en 1164, como resultado de las discrepancias entre el rey de Inglaterra, entonces Enrique II, y el arzobispo de Canterbury, su primado, luego Santo Tomás. La disidencia surgió a consecuencia del privilegio que los obispos tenían para juzgar a los clérigos, con exclusión de los jueces seglares. Por ello, cierto sacerdote que, con olvido de leyes humanas y divinas, cometió una violación seguida de asesinato, fué entregado a la autoridad eclesiástica, que se limitó a mandarlo azotar y suspenderle en sus oficios. Estimando el monarca benigna por demás la sanción, exigió la entrega del preso, a la cual se opuso el arzobispo. De estas negociaciones y reclamación surgió una junta de nobles y clérigos, en el pueblo de Clárendon, donde fueron redactados los 16 artículos de sus Constituciones o estatutos, que establecieron la potestad civil para juzgar en los crímenes de los clérigos que estuviesen convictos y confesos de sus maldades; que los sacerdotes no pudieran salir del país sin licencia real; que ésta se pidiera para excomulgar a los feudatarios u oficiales del soberano; que la guarda, elección y recaudación de las rentas de los arzobispados, obispados, prioratos y abadías fuera atribución regia, y otras facultades similares. El arzobispo se negó a firmar las Constituciones y fué desterrado. Luego, por indicación del papa, se reconcilió con el rey; pero asesinado poco des- pues el prelado y considerado inductor Enrique II, o sospechado de complacido por este asesinato, este monarca hizo acto de sumisión al Pontífice y revocó lo9 Estatutos, a los Seis años de haber entrado en vigencia.
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