- La Academia daba este adjetivo como americanismo por obstinado, terco o pertinaz; pero lo curioso es que constituye el glorioso sobrenombre de uno de los guerrilleros más famosos de la Guerra de la Independencia, Juan Martín Díaz, el Empecinado, de cuya tenacidad deriva el vocablo sus exportadas acepciones.
Obstinarse, aferrarse, encapricharse, empeñarse tercamente, según el uso americano de esta voz, derivada del guerrillero español El Empecinado (v.e.v.).
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